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domingo, 16 de agosto de 2009















Un fiscal imputa por contaminación ambiental a la mina La Alumbrera

“Por el puerto de San Lorenzo salen oro y cobre sin contabilizar”, dijo el fiscal Antonio Gómez.
Antonio Gustavo Gómez es fiscal general de Justicia federal de la Jurisdicción 15, que incluye tres provincias: Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero. Patagónico, santacruceño, se formó en Chubut, pero en 2001 ganó un concurso y pudo elegir un destino, y eligió Tucumán "porque es el lugar del país con mayor tasa de delitos que trata la Justicia federal (drogas, medioambiente, contrabando, entre otros)", explicó a La Capital, en una entrevista exclusiva en su despacho de la ciudad de San Miguel de Tucumán.
   Con la ayuda de pobladores afectados, organizaciones no gubernamentales e investigadores particulares, Gómez se interesó en investigar delitos de contaminación. Lleva adelante una imputación contra la mina La Alumbrera, de Catamarca, que habría producido graves episodios de contaminación, tanto en Catamarca como en Tucumán y en Santiago del Estero, provincias que recorre el concentrado extraído del suelo argentino. Para luego exportarse desde puertos santafesinos al mundo.
   —¿Qué lo llevó a investigar al hermético tren?
   —Me vinieron a ver dos jubilados santiagueños. Ellos conocían datos del tren. Por ejemplo, el concentrado que transporta el tren (con minerales) no sólo contenía cobre. Sospechaban que podía afectar la salud humana porque los guardias no permiten en las paradas del tren que alguien se acerque a los vagones.
   —¿Y qué hizo?
   —Pedí informes a Gendarmería para determinar la calidad del agua en el canal DP2 (que transporta el agua que desecha la planta de secado del concentrado, en Tucumán, que baja a Santiago y termina en el sistema del Paraná), y me informaron que había un grado de contaminación importante. Por encima de los niveles máximos que permite la ley nacional y tratados internacionales. Eso es delito.
   —Sucede que la provincia de Tucumán dictó una resolución que autoriza niveles de contaminación muy superiores a lo indicado en convenios internacionales. Son patrocinantes de la contaminación.
   —Ellos dicen que lo hicieron porque "les interesa dar trabajo a la gente". Yo les digo que, con ese criterio, podrían ir a Bolivia, comprar cocaína, dictar un decreto que autorice a venderla en Tucumán, y entonces montar una empresa muy rentable que seguramente podría dar mucho "trabajo a la gente".
   —Podrían decirle que la cocaína es más peligrosa que contaminar el agua y el aire.
   —Y es falso. Porque la cocaína podría dañar a una franja minoritaria de la sociedad, pero el 100% de la población consume contaminación.
   —¿Cómo descubrió el presunto contrabando en el puerto exportador privado de La Alumbrera en San Lorenzo, a 15 minutos de Rosario?
   —Además de la causa de contaminación contra La Alumbrera —que hace tres años espera una resolución de la Cámara, en la Justicia federal de Tucumán—, también descubrimos que la Aduana de San Lorenzo (donde se embarcan las cargan que se exportan) no controla qué tipo de minerales salen del país ni la cantidad de cada uno.
   —¿Y los permisos de embarque de Aduana de San Lorenzo?
   —Para mi sorpresa veo que los permisos de embarque, algo básico de cualquier aduana, son cumplimentados (tipo de materiales y cantidades despachado de cada material) por el que recibe la carga en destino (Canadá y Holanda, entre otros destinos). O sea que el cobre, oro y decenas de otros minerales sumamente valiosos que se extraen en Catamarca y se exportan desde Santa Fe al mundo, no son contabilizados en la Aduana. El país queda a merced de comprador impuestos por lo que el comprador dice que recibió. La Aduana manda el permiso "a controlar", y desde Holanda luego dicen "tantas toneladas de oro y de cobre".
   —Algo así como "llévelo todo y pague lo que quiera".
   —Insólito, pero funciona así por un beneficio extraordinario que les otorgó el director general de la Aduana cuando empezó a funcionar La Alumbrera, en 1997. La Alumbrera exporta de dos formas, por un lado lingotes de oro que se procesan directamente en la mina, en Catamarca, que salen vía aérea, y los barros (concentrado de cobre), que sale por el mineraloducto desde la mina hasta Tucumán, luego en tren hasta el puerto de San Lorenzo y a los barcos con distintos destinos en el mundo.
   —Usted investigó el contenido del concentrado que llega en tren hasta la Aduana de San Lorenzo. ¿Qué encontró?
   —Le pedí ayuda a Gendarmería, y lo hicieron muy bien. Secuestraron parte del material y lo hicieron analizar. Además de cobre y oro, encontramos muchos otros minerales sumamente valiosos, que ni siquiera están men cionados por la empresa. Yo comuniqué al procurador general de la Nación (Esteban Righi, jefe nacional de los fiscales), él se lo pasó al fiscal general de Rosario ( jurisdicción nº 12) y se abrió una causa por contrabando.
—Acreditados esos elementos es dificil entender cómo la Justicia no logró interrumpir este proceso, luego de 11 años, desde que la minera empezó a producir.
  —Habría que buscar la explicación en que la multinacional La Alumbrera está asociada con una empresa minera de origen argentino, llamada YMAD, que integran a su vez la provincia de Catamarca y la Universidad Nacional de Tucumán. Curiosamente, cuando yo tomé esta causa en 2003 (con 6 años de vigencia de la explotación), YMAD, la provincia de Catamarca y la Universidad de Tucumán no habían recibido ni un peso. La Alumbrera tienen una amplísima gama de beneficios fiscales que le permiten hacer pasar por pasivos lo que es una inversión en activos. Con este ardid cerraron balances en negativo durante años. Y ahí se abrió una investigación por presunta defraudación al Estado nacional y a la Universidad Nacional de Tucumán.








El fiscal que denuncia a La Alumbrera
Hall� pruebas para procesar al vicepresidente de la compa��a por violaci�n a la ley penal ambiental. Denuncia que buscan destituirlo.

Minera Alumbrera es el s�mbolo de la miner�a metal�fera a gran escala de la Argentina. Ubicada en Catamarca, hace trece a�os que extrae oro y cobre, explota 340 toneladas de roca por d�a y utiliza 4 millones de litros de agua por hora en zona des�rtica. La Uni�n de Asambleas Ciudadanas (UAC), que re�ne a cien pueblos en lucha, la exhibe como el ejemplo del fiasco minero, desmiente todas las promesas de las compa��as: no gener� desarrollo local, no aport� riqueza al pa�s y, por sobre todo, afirman que contamin� el medio ambiente. Luego de filtraciones en el dique de colas �una olla de 30 hect�reas y 150 metros de profundidad, que hace de basurero qu�mico�, cuatro derrames e innumerables denuncias, el vicepresidente de la compa��a fue procesado por el presunto delito de contaminaci�n. Es el primer caso en Latinoam�rica en el que un ejecutivo minero llega a esa instancia judicial. Las organizaciones sociales festejaron la medida y el sector empresarial se declar� en alerta. El fiscal de la C�mara Federal de Tucum�n, Antonio Gustavo G�mez, fue el impulsor de la investigaci�n y aport� las pruebas m�s comprometedoras. Asegura que la industria minera contamina, al igual que las pasteras y el monocultivo de soja. Afirma que detr�s de cada hecho de contaminaci�n hay un funcionario corrupto y reconoce que no hay condenas porque reina la impunidad. G�mez, que es jefe de fiscales federales, tambi�n denuncia una avanzada judicial que puede terminar con su destituci�n.
��C�mo comienza la causa Alumbrera?
�Nace con el antecedente de denuncias de comunidades de Catamarca y Tucum�n. Y a poco de comenzar a investigar detectamos que Minera Alumbrera presentaba serios problemas de contaminaci�n. Con Gendarmer�a Nacional comenzamos a hacer las primeras pericias y comprobamos que el canal DP2, donde Alumbrera descarga desechos, en Tucum�n, tiene �ndices de contaminaci�n muy elevados. Esa investigaci�n preliminar concluye en dos partes: por el hecho de contrabando, que se requiere instrucci�n en Rosario, y la contaminaci�n ambiental. Soy fiscal de C�mara, as� que entrego esa informaci�n al fiscal de primera instancia. Este requiere instrucci�n, pide la declaraci�n indagatoria de Juli�n Rooney (vicepresidente de Alumbrera).
��Qu� pruebas permiten el procesamiento?
�Hay pruebas de contaminaci�n hasta en los informes de impacto ambiental de la propia empresa. A confesi�n de partes, relevo de pruebas. Esos informes aceptan, literalmente, la contaminaci�n por encima de los niveles permitidos por la Ley 24.051, que es nuestra ley penal ambiental. El informe de la Secretar�a de Miner�a de la Naci�n, en su p�gina web, reconoc�a la contaminaci�n y es otra prueba. Los informes de la Secretar�a de Ambiente de Tucum�n, con datos de altos �ndices de contaminaci�n. Y la pericia que hicimos con Gendarmer�a muestra gran cantidad de metales en el ambiente.
��Cu�l podr�a ser la condena de Rooney?
�La C�mara Federal diferencia el delito doloso y el culposo, y le imputa a Rooney el delito doloso de contaminar el ambiente, sostiene que lo hace intencionalmente, que no se trata de una cuesti�n negligente. Le puede corresponder un m�nimo de tres a�os de prisi�n. El m�ximo depende de las v�ctimas y la lesi�n que se haya realizado al medio ambiente. Por ejemplo, si se comprueba que hubo muerte por contaminaci�n puede llegar hasta veinte a�os de prisi�n o m�s.
�En el caso de Alumbrera, �qui�n ser�a el funcionario responsable?
�Hay que remarcar que detr�s de cada delito ambiental hay un funcionario corrupto. En el caso Alumbrera he pedido la imputaci�n directa del secretario de Miner�a de la Naci�n, Jorge Mayoral. Estoy seguro de que Mayoral sab�a de la contaminaci�n de Alumbrera.
�Miner�a, pasteras y monocultivo de soja. �Qu� observa en com�n?
�Miner�a, pasteras y soja tienen en com�n que son impunes y que lucran con la salud p�blica. Y esto es un tema central de control. En este pa�s, seg�n Transparencia Internacional, es muy alta la impunidad. Y la corrupci�n es en funci�n de la impunidad. Un dato: de 2000 a la fecha, hubo 1254 causas en el interior del pa�s por delitos ambientales. En s�lo cinco hubo condenas. Es una muestra de la impunidad.
��Fallan los organismos de control o es una pol�tica de complicidad para contaminar?
�En algunas �reas es una pol�tica de complicidad, con impunidad estructural y personal. Creo que la corrupci�n es transversal. Atraviesa toda la dirigencia, todas las capas. El poder econ�mico viene a la Argentina a contaminar porque aqu� le hemos facilitado las cosas. La miner�a es un caso emblem�tico. Si se cumplieran las normas vigentes y el Estado realizara de manera rigurosa los controles necesarios, la miner�a a cielo abierto, altamente contaminante, no ser�a rentable y por lo tanto a las empresas multinacionales no les interesar�a explotar el negocio. Con las papeleras e ingenios sucede lo mismo.
��Qu� opina del uso de agrot�xicos como el glifosato?
�Cuando cae a la tierra, provoca un grave caso de contaminaci�n ambiental. No podemos rociar indiscriminadamente: cuando toca la tierra o el agua, es muy grave.
�El �ltimo a�o se fumig� con 165 millones de litros de glifosato. �Por qu� no hay causas?
�Porque no hay fiscales preocupados en cuestiones ambientales y porque no hay jueces preocupados.
��Por qu� en el caso del glifosato se pide que haya pruebas que demuestren el da�o?
�Porque son ignorantes o c�mplices. En esos casos debiera aplicarse la figura de delito de peligro. El delito de peligro cl�sico es el narcotr�fico. Porque se captura la droga antes que haga da�o. Con la droga se pone en peligro a la comunidad. Los delitos de contaminaci�n son contra la salud p�blica de la misma manera que el narcotr�fico. Y es un delito de peligro, se lo tiene que detener antes que haga da�o a la comunidad. No se puede esperar, como ha dicho alg�n fiscal, una v�ctima y comprobar el nexo causal entre la contaminaci�n y la v�ctima porque eso es inmoral. Est� establecido en la ley, dice �quien ponga en peligro�, art�culo 55 de la 24.051, no dice que �da�e�. Son dos cosas muy distintas. Narcotr�fico y contaminaci�n son delitos de salud p�blica. El narcotr�fico s�lo afecta a quien quiere consumir droga que puede ser un porcentaje determinado de la poblaci�n, mientras que la contaminaci�n afecta a quienes no quieren consumir, a todos, y a pesar de ello el dinero dispuesto desde el Estado para combatir el narcotr�fico es interminable, pero para combatir la contaminaci�n es casi inexistente.
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